lunes, 9 de noviembre de 2009

PUNTO DE ACUERDO PARA EXHORTAR A LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS, PARA QUE DENTRO DEL PRESUPUESTO DE EGRESOS DE LA FEDERACIÓN


Los que suscriben, Antonio Mejía Haro, Claudia Corichi García, Rubén Velázquez y José Luis Máximo García Zalvidea, Senadores de la República de la LXI Legislatura, e integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con fundamento en el artículo 58 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a esta Honorable Asamblea, la siguiente Proposición con Punto de Acuerdo para exhortar a la Cámara de Diputados, a través de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, se incrementen los recursos para el desarrollo de la juventud, con base en las siguientes:

CONSIDERACIONES
La prioridad de toda política de Estado, debe tomar en sus manos la adversa situación que vive la sociedad mexicana, poniendo énfasis en los jóvenes de nuestro país.

La sustracción temprana de la escuela, del trabajo y de la esfera productiva y ciudadana, es un enorme costo tanto a mediano, como a largo plazo para solidificar la cohesión social y la armonía de México.

El objetivo de toda política pública orientada a los jóvenes debe encontrar una articulación de desarrollo en los ambientes familiar, educacional, laboral y de condiciones de vida; sin lo cual se ven limitadas su posibilidad de desarrollo y, en el peor de los casos, frenada su integración plena a los beneficios sociales del desarrollo.

También deben considerarse las características propias de la actual condición juvenil, las cuales, han sido alteradas por la crisis económica que se está viviendo, teniendo que sortear, principalmente, cuatro elementos prevalecientes en la actualidad:
1) la difícil transición educación-mercado de trabajo que se produce a cualquier nivel educativo;
2) los deterioros de la condición de salud integral;
3) la ausencia de estrategias orientadas a la construcción de una ciudadanía juvenil, que les fortalezca sus derechos de acceso a contar con un empleo bien remunerado;
4) la carencia de espacios para la agregación y socialización de los jóvenes en condiciones de respeto de sus derechos y formas propias de manifestación cultural.

Ante esta problemática se tiene que apoyar la inserción paulatina y constante de este importante sector de la sociedad al trabajo y a la capacitación; contar con un sistema nacional de becas y apoyos, en todos los niveles educativos, para impulsar su permanencia en las instituciones educativas; e incorporarlos al mercado de trabajo en condiciones seguras y con amplias perspectivas de desarrollo personal y profesional.

México está viviendo una fuerte transición demográfica, ya que cuenta con una oferta de trabajo abundante: el 68 por ciento de la población se encuentra entre los 14 y los 64 años de edad; por lo tanto, en los próximos años tendremos un “bono demográfico”. Es en estas primeras dos décadas del siglo XXI que México tiene que aprovechar la favorable composición de su pirámide demográfica, en la que la condición indispensable será propiciar el empleo de tal manera que la población activa pueda aportar a la generación de riqueza en el país, sin embargo, de no ocurrir lo anterior, el bono demográfico se volverá un pasivo demográfico.

En la actualidad existe una incapacidad estructural para generar empleo, que afecta a México ya hace varias décadas y que se ha visto agravada por la crisis económica mundial, así como por el hecho de que el país no cuenta con sistemas públicos de protección al desempleo. Es por ello, que la crisis en México está siendo de forma severa, una crisis de empleo y, por tanto, de ingresos y de bienestar para las familias.

La pérdida de más de 800 mil empleos formales en lo que va de 2009, evidencia que tenemos un alto grado de flexibilidad laboral en términos de despido o conclusión de las relaciones de trabajo; pero se trata de una flexibilidad asimétrica, en tanto no se observan altas tasas de creación de puestos de trabajo formal en las fases expansivas del ciclo económico. En términos de generación de empleos, México debe aprovechar el bono demográfico incorporando a la población joven del país a la actividad productiva.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México es un país de gente joven, ya que este sector representa una cuarta parte de la población, “en el 2008 había cerca de 29.1 millones de personas con un rango entre 15 y 29 años de edad, lo que equivale al 27.4 por ciento del total”.
A pesar de ello, las oportunidades de integración al mercado laboral de los jóvenes son mínimas “y las acciones realizadas por el gobierno federal han sido insuficientes, por lo que se deriva la necesidad de atacar esta problemática desde diversos puntos”.

Necesitamos diseñar una estrategia integral de acceso a servicios de salud específicos y profesionalizados para los jóvenes, que abarquen áreas de sexualidad, alimentación, abuso de alcohol y drogas, además de temas de depresión, soledad, problemas afectivos y de relación social; asimismo, propiciar en las instituciones públicas y políticas del país, el fomento y defensa de los derechos juveniles, superando los prejuicios y estereotipos en torno a que los jóvenes, por su condición de pobreza y marginación, se vinculan a redes de violencia y delincuencia, para lo cual se requieren verdaderos programas de reinserción y desarrollo social.

Para fomentar el desarrollo de los jóvenes, se necesita una amplia reforma educativa que vaya desde el nivel básico hasta el medio, que permita superar las deficiencias en la formación de los niños y jóvenes mexicanos que afectan su desempeño escolar en niveles superiores y en el mercado laboral.

También se requiere ampliar la cobertura de la educación media superior y superior, para dar acceso a los jóvenes en los próximos diez años y así cumplir con la cobertura que debe alcanzar al 50 por ciento de la población en edad de cursar estudios universitarios.

Es tiempo de invertir en nuestros jóvenes, es tiempo de blindarlos contra la delincuencia, drogas y violencia, y la mejor manera es favoreciendo su participación activa en la vida económica, política y social del país, es cierto que los jóvenes representan el futuro, pero desde el presente deben labrarlo; por ello las políticas públicas, los planes y programas de los gobiernos, deben considerar acciones dirigidas a la juventud.

Por lo anteriormente expuesto, sometemos a la consideración de esta Soberanía el siguiente:

PUNTO DE ACUERDO
ÚNICO.- Se exhorta a la H. Cámara de Diputados, para que dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2010 se incrementen los recursos públicos destinados al desarrollo integral de la juventud mexicana, mismos que deberán fortalecer los programas de becas para estudio, de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, de Incubadoras de Negocios, proyectos productivos, becas para madres solteras y Jóvenes con Oportunidades, entre otros.

SUSCRIBEN
Sen. Antonio Mejía Haro
Sen. Claudia Corichi García
Sen. Rubén Velázquez
Sen. José Luis Máximo García Zalvidea

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